El último informe de la organización Intermón Oxfam refleja que 85 individuos acumulan tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad más pobre de la población mundial.
Un dato que certifica que vivimos en un mundo desigual.
En este escenario, una marca de ropa construye su identidad corporativa apostando por una mezcla de tejidos, formas y colores en una asimetría que le da su nombre: Desigual. La misma marca cuyas piezas publicitarias se apoyan en un claim inexplicable: “La vida es chula”.
¡Chula!
Mariló Montero, Esperanza Aguirre o Isabel Pantoja son chulas, ¿Pero la vida…?
La vida es chunga.
En Violencia Esquimal hemos querido reinterpretar este posicionamiento a través del único instrumento que podría justificarlo; la imaginación.
Una capacidad que alcanza su máxima potencia en el oscuro paraíso de nuestras fantasías sexuales. Solo en ese espacio mental podemos convertir un mundo desigual en una fuente de estimulante satisfacción personal.
Y, chorro a chorro, intentar que por un momento la vida sea “chula”.
violenciaesquimal.wordpress.com 
El claim, mola… eso no lo podemos negar. Y acierta de lleno en el tarjet de los clientes Desigual que yo creo que tienen desiguales los dos hemisferios del cerebro. Éstos anuncios a mí, personalmente me parecen a lo femenino lo que Axe a lo masculino, es decir, rídiculos y patéticos.
La imágen de la mujer que ofrecen frívola y estúpidilla, sólo preocupada por «si va pillar» esa noche… (qué parece a lo que se reduce esa chulería vital). Hay días que no sé si soy una carca… o es que el mundo se está yendo por el desagüe…